jueves, 20 de diciembre de 2007

Navidad


Navidad es sinónimo de regalos. Sin embargo actualmente se ha perdido el real sentido de esta fiesta que recuerda el nacimiento del niño Jesús, el hijo de Dios. El Cristo que vino a salvar al mundo del pecado. Ese pequeño niño que nació en un humilde pesebre para demostrar que el creador está preocupado de cada uno de nosotros día a día y que no importa ni la raza, ni la clase social para entregarse a él y pedir que nos guíe hacia la vida eterna.

Ojalá que podamos vivir el verdadero sentido de la Navidad este año junto a nuestras familias, compartiendo, escuchándonos, siendo tolerantes y de paso entregar amor a nuestro prójimo y ayudar a los necesitados.

No caigamos en el vulgar consumismo y nos endeudemos en regalos caros, que muchas veces no llenan el espíritu, sino que aumentan la envidia y la codicia en el ser humano.

Esperemos en nuestras casas al niño Jesús, como aquella noche en Belén cuando fue homenajeado por los animales del pesebre, los reyes magos e iluminado por la estrella de Belén.

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